Al final, exhaustos y frustrados maldecimos la barrera, a la vida, al camino y a la suerte y nos damos media vuelta.
¿Cuántas veces nos hemos estrellado con puertas sin pararnos a meditar sobre en dónde está la llave?
¿Has visto alguna vez a una mosca intentar atravesar el cristal de una ventana? ¿Te has fijado como golpea una y otra vez tratando de encontrar una salida?
Este comportamiento me inspiró a escribir el cuento para niños “Mirta la super mosca y su triste destino” (parte de mi colección Brainy Fables).
Este cuento refleja una actitud que he visto muchas veces en las persona. Nos podemos reír o compadecer de la pobre Mirta (la mosca) sin ser conscientes que a lo largo de nuestra vida puede que nos comportemos igual ante un obstáculo.
Analicemos de cerca la situación de la mosca Mirta. Si observamos detenidamente podremos darnos cuenta que este animalito posee innumerables cualidades dignas de admiración:
Primero: Mirta esta en Acción: Se encuentra en movimiento tratando de conseguir lo que quiere. No es tonta ni perezosa, es más bien perseverante y muy activa. Definitivamente no tiene una actitud pasiva o auto-complaciente ante su problema.
Segundo: Mirta la mosca sabe donde quiere ir. Ella quiere pasar al otro lado de la ventana, allá afuera. Se puede decir que la mosca conoce perfectamente sus metas y objetivos.
Tercero: La mosca tiene energía. Se le puede ver lanzándose contra el cristal incansablemente una y otra vez con fuerza y determinación. Hay que decir que este insecto posee una actitud positiva y un muy buen estado físico.
Cuarto: Mirta posee “habilidades”. Puede volar como mosca, se puede adherir a las paredes, tiene una visión que le permite ver en varias direcciones y ha desarrollado un instinto que le guía hacia la libertad.
Quinto: Mirta tiene valor. Independientemente de lo crítico de su situación ella ha aprendido a dominar sus temores, no piensa en la posibilidad del fracaso, no tiene tiempo de pensar en miedos que le alejen de su meta. La mosca sabe como transformar su miedo en poder.
Ahora, te pregunto: ¿Cómo acaba generalmente esta historia? ¿Cómo acaba el cuento?
Tristemente, en la mayoría de los casos, las pobres moscas envueltas en este tipo de situación terminan agotadas por tantos golpes. Confundidas, frustradas y cansadas se rinden y finalmente y caen en el borde de la ventana en donde poco tiempo después mueren.
¿Cómo es posible que un animalito con tantas cualidades, determinación, entrega y deseos de vivir tenga un destino final tan lamentable? ¿Qué es lo que le falta a la mosca para poder atravesar el cristal de la ventana?
A la mosca le falta lo que se llama “el pensamiento flexible”.
Esto se traduce como: La capacidad de desarrollar alternativas que te permitan cambiar de estrategia con el propósito de conseguir llegar a tu objetivo final.
Si la mosca se hubiera detenido por un momento y analizado la situación, se hubiera dado cuenta que estaba repitiendo el mismo error una y otra vez. Tal vez podría haber cambiado de estrategia, volar un poco hacia atrás y darse cuenta, desde otra perspectiva, que la ventana de al lado se encontraba abierta, ó que tal vez podría salir por el conducto de aire un poco mas abajo, ó por el otro lado de la habitación donde había una puerta abierta. El problema es que la mosca no posee la capacidad de razonar y analizar las cosas.
Paradójicamente los seres humanos no sacamos provecho de esta “capacidad de razonamiento” e incluso a veces el pensar demasiado se convierte en un problema más.
Creo que es muy importante compartir con nuestros hijos esta lección. Decirles que cuando se encuentren frente a un cristal en su vida y reboten un par de veces, ya sea en el trabajo, sus relaciones personales ó su propio desarrollo, lo que les recomiendo hacer es:
1. “Poner pausa” – detenerse salir del día a día.
2. Analizar la situación desde otra perspectiva y estudiar posibles opciones de salida. Preguntar a otras personas si es necesario.
3. Decidir que acción realizar.
4. Si el cristal vuelve aparecer se debe repetir la secuencia y volverlo a intentar.
Muchas veces debemos estrellarnos en el cristal varias veces desde distintos ángulos para poder encontrar el espacio abierto en la ventana ó para entender que hay que buscar otro punto de salida. Lo único que quiero decirte es que: Tus hijos invariablemente se estrellarán con muchos cristales a lo largo de su vida. Es parte del orden natural de las cosas, pero es importante que recuerden que: siempre hay una ventana abierta, siempre hay una posibilidad, siempre hay un camino.
Mirta nos ayuda a explicar la importancia del “pensamiento flexible” a los peques de la casa. Disfruta del cuento, comparte su mensaje y que el desarrollo de esta habilidad ayude a nuestras futuras generaciones a vencer cada cristal y cada obstáculo que se presente en el camino.
Franco Soldi
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