Ok. Voy a tratar de ir al punto directo y sin anestesia y en este caso me gustaría conocer tu opinión.
¿Dónde debo invertir mi tiempo y dinero? ¿Será buen negocio invertir en innovación para la educación? ¿Tendré buen retorno en un futuro? ¿Invertirías tú? Creo que la pregunta que tenemos que hacernos en este caso es:
¿Realmente nos importa lo que pasa con la educación?
¿Realmente queremos herramientas tecnológicas y contenidos innovadores para trabajar con nuestros hijos en casa? ¿Para ayudar a nuestros profesores en sus aulas? O tal vez sólo es necesario “aparentar” que nos importa el tema y no hacer absolutamente nada.
El sistema educativo trabaja solamente para sostener y mantener al propio sistema educativo, nada más. Todo lo demás es secundario pero hay que admitir que de alguna forma es eficiente. ¿Por qué? Nosotros como padres que además somos los clientes que pagamos por el servicio, necesitamos urgentemente algún lugar en donde “aparcar” a nuestros hijos. Necesitamos saber que contamos con al menos ocho horas al día para trabajar y hacer cosas mientras sabemos que nuestros hijos están “guardados” en un lugar seguro y que están “aprendiendo algo”.
¿Pero de verdad creen que le estamos ofreciendo a nuestros hijos las herramientas necesarias para enfrentar lo que se les viene? ¿Para aprender a como ser mejores personas y mejores ciudadanos? ¿Para aprender a como disfrutar más y mejor de esto que se llama vida?
Si yo voy a un restaurante y me pido una hamburguesa y lo que me entregan no cumple el mínimo criterio de lo que yo considero que es una “hamburguesa decente”, pues llamo al encargado, pongo una queja y probablemente exija que me devuelvan el dinero.
Pero eso no pasa con nuestro sistema educativo. En plena era de la tecnología y la innovación, nuestros hijos reciben un servicio del siglo XIX y no hay quejas porque realmente NECESITAMOS aparcar a los niños en algún lado.
Regresando al ejemplo de la hamburguesa; si yo estuviera muriéndome de hambre pues seguramente me comería toda la hamburguesa sin decir ni una palabra y al final hasta lo agradecería pero… ¿Nos estamos “muriendo de hambre”? o la verdad es que llevamos tanto tiempo comiendo esa porquería de hamburguesa que ya nos hemos acostumbrado y nos vamos diciendo a nosotros mismos que más vale malo por conocido que bueno por conocer. ¿De verdad? Que esto se trata de la vida y el futuro de nuestros hijos. ¿O será que como decía Pink Floyd ya nos encontramos en un estado “comfortably numb”?
Tenemos que aceptar el hecho que si queremos innovar en educación, al menos será incómodo. Necesitamos romper, o mejor dicho, demoler algunas cosas antes de empezar a construir de nuevo pero vivo con la impresión que en este caso, nos la pasamos construyendo y reconstruyendo sobre unos cimientos que ya sabemos no funcionan como deberían, que son frágiles y que no están realizando el trabajo que requiere el difícil entorno actual.
“Si juzgas a un pez por su capacidad para subir árboles, va a vivir toda su vida pensando que es un estúpido”
¿De cuantos peces que se sienten así somos todos nosotros responsables?
Siempre será más fácil gastarse el dinero en nuevo videojuego o en una pantalla más en vez de invertir el tiempo en sentarse con tus hijos a ayudarles a diseñar el mapa de su vida. Siempre será más fácil producir y vender un libro más, un manual más sobre lengua o matemáticas que diseñar, producir o invertir en el desarrollo de nuevos contenidos que no se encuentran en el listado de materias obligatorias dentro de nuestros colegios a pesar de que todos sepamos que nuestros hijos lo piden a gritos.
Así que mi pregunta sigue en pie: Cómo padre, ¿En que invierto mi tiempo y dinero? ¿Y tú?
“No one will protect what they don’t care about; and no one will care about what they have never experiened” – David Attenborough
Escribe un comentario